La deuda

Yo digo que muy de vez en cuando, uno debe hacer la vista gorda a algunos detalles y dar alguna especie de segunda oportunidad. Con el Señor de los Plantazos ocurrió eso. Si bien estuve a un click de publicar los mails que me había envíado, los mensajes de feisbuc (sobre todo los que eran de “disculpas”), me permití una cuota de benevolencia y al tercer mail y chat de por medio decir “ok… intentemos hacer esto”.
La gracia, en realidad, está en el mail clave. Allá vos, me caes muy bien pero te advertí que lo iba a publicar de todas maneras. Escribió esto. Y yo decidí hacer marcha atrás:

De: pedroc_xxx@yahoo.com.ar
Enviado: viernes, 05 de marzo de 2010 07:41:34 a.m.
Para: juanjosetorlo@gmail.com

Asunto: la tercera es la vencida

Hola Juanjo. Por lo visto usted es un tipo de palabra. Cuando promete no publicar, no publica. Eso le da más que mi respeto y mis disculpas. No tengo más ganas de dar vueltas con mails rebuscados que le hagan comer la cabeza y crea que soy Foucault. O que soy hijo de Rosa Luxemburgo (CUANDO LEI ESO ME DIJE: “GRACIAS AL CIELO, SINO SERÍAS BASTANTE FEITO!”) (aunque eso explicaría la confusión entre lo espontáneo y lo organizado). Voy a lo más sincero, quiero conocerle, ya se lo dije. Por última vez le voy a decir que si no concretamos el encuentro fue por causas de fuerza mayor y le aseguro que esta vez estaré atento a cualquier imprevisto y utilizaré los variados medios que nos unen para dar aviso de mi ausencia (pero le re contra juro que esta vez estaré ahí. Donde usted diga.

Lo saluda atte.

Pedro.

PD: le llevo rocklets, quiere?

Y sí… mi alma es de gordo cerdo. Aunque no lo sea. Me vendí por los rocklets (¿?).