Si tuviera que hacer un resumen de este año (no calendario, me refiero a octubre 2009 – octubre 2010) podría ofrecer numerosos hechos. Podría ofrecer un kiosquito de maravillosas historias (estoy exagerando) y casi cien nombres para poner en la góndola y que ustedes se sirvan del que más les guste.
Pero no. No puedo.
Esta ocasión para mí es más que especial. Durante los últimos meses supe que esto había llegado a su fin. Descontando lo trivial (cambié de trabajo) (sí, logré hacer valer mi título, una institución pública y renombrada se apiadó de mí y estoy, por fin, haciendo la carrera académica que siempre quise) debo decir que el Motus original de todo esto se apagó. Se fue consumiendo mes a mes. A mediados de este año pensé que todo estaba saliendo como quería que salga. Que mi hipótesis estaba siendo validada. Que el amor de mi vida existía. Pero todo me demostró que no. Que el campo no tenía un nuevo objeto que demostrara que mi escepticismo estaba infundado, que tenía que creer en el amor. Que las novelas rosa también existen para malarriados como uno. Que a pesar del cinismo y la acidez que puedo llegar a tener, podía haber alguien por ahí que estuviera en mi misma empresa.
No. No hay. O no se puede. Esa es mi respuesta a mis propios interrogantes. No se puede. El amor es algo tan frágil, tan volátil… el amor puede ser la más maravillosa experiencia y a su vez ser una gran pesadilla. El amor nos vuelve agradables y felices, así como amargados e incrédulos. En mi corta experiencia (27 años de vida no son nada, créanme) puedo decirlo a priori de lo que pueda el cosmos tenerme preparado: EL AMOR DE TU VIDA ES UNA IDEALIZACION.
“El amor de mi vida”… esto se define en: hueco en tu cabeza que rellenás con lo que te queda bien de otra persona. El amor de tu vida es como un.-… como un pavo. Si al pavo no lo rellenás con muchas cosas que te gustan (y que le proporcionen humedad a la carne, claro) (qué seco es el pavo, dios…) se vuelve la experiencia gourmet más desabrida de tu vida. ¿Por qué? Porque con respecto al pavo tenemos una gran expectativa: HOLLYWOOD. En las películas que vimos durante tanto tiempo nos mostraron dos falsas cosas: que el pavo es grande y sabroso. Y que la historia de amor (lavstori) siempre tiene un final feliz. Yo diría que es una mentira grande como el Tutankamón. No hay final feliz. Esta puta vida está hecha de caducidades. El mundo posmoderno es un gran campo de posibilidades. Y al que le toca, le toca. No ha lugar a búsquedas, a observaciones. No señorxs. No hay ninguna certeza.
Claro, yo tengo la mía y es tristísima: mi (ahora) ex es un karma. Grande. Bien grande. Mi (ahora) ex hizo un trabajo fino durante los últimos meses. Que intenté no se entreviera. Hasta la última entrega, hace un mes. Corté por lo sano. Y le dí la charla que nos debíamos en serio (sí, hubo una, pero recordemos que no fue demasiado productiva). Está claro: yo nunca voy a ser suficientemente bueno para él. No soy rubio, con cuerpo privilegiado, un pseudo adonis, adinerado, o con cara de opa pero fingiendo el estilo que piden los modelos de hoy en día… en fin, el prototipo de homosexual que “Queer as folk” y el neoliberalismo más salvaje nos supo dar. Si pensás, estás fuera del sistema (homosexual). Sos una especie de freaky malhumorado. Ahora al sentido crítico se lo confunde con mal sexo. Con poca vida. Soy lo menos. Y eso te molesta en tu vida.
Yo nunca voy a ser lo suficientemente bueno para vos. Esto lo empecé con vos. Lo ideé estando al lado tuyo, mirándote como seguías con tu vida horizontal. Con tus sueños de 3 centímetros. Con tus expectativas a corto plazo. Con esa mirada encantadora, con esos recursos emotivos. Con el amor que sabes dar. Y que tan bien sabes compartir con el mundo. Con tu construcción destructiva.
Esto fue mi puto diario abierto al mundo. Ficcionado o no. Crean lo que quieran. Les aseguro que hubo alguien de este lado. Intentando hacerles el día de oficina más divertido. Intentando interpelarlxs desde el trivial puesto del dejado. Del seducido y abandonado. Me mordí la cola. Me descubrieron. Me quedé en la esquina. Sin salida.
Este fue el año que prometí en un principio. Los resúmenes los pueden hacer ustedes mismxs, está a la vista que no llegué a los cien (creo que fui ambicioso al respecto, ¿no?) y así y todo creo que ese número tan acabado no hubiese sido necesario. Así fuesen diez o mil, la cantidad de cuerpos/objetos que hubiese conocido no modificaría todo esto. No modificaría la manera en la cual concibo al amor en este momento.
Fue un placer estar de este lado. Fue un placer leerlos, estar leyendo sus comentarios. Que hayan querido ser parte de todo esto. Que hayan contado sus historias. Que se hayan sentido parte. No fue más que un simple período de la vida de una persona.
Que tengan sus cien. O el/la único/a.
Juanjo